La institución educativa informó que en la construcción de las presas, como en la de cualquier otra intervención del hombre en la naturaleza, se tienen que tener en cuenta numerosos factores de ingeniería y geofísica.
Sin embargo en México, subrayó, estos últimos estudios han sido muy poco aplicados.
Resaltó que la importancia de las presas en el norte de México es vital, ya que se trata de una zona de pocas lluvias, donde la poca agua captada tiene que resguardarse a través de estas obras.
“Debido a las diferentes composiciones del terreno, una vez llenada, suelen aparecer procesos de filtración, provocando pérdida del volumen de agua”, indicó.
Mencionó que el investigador de la Facultad de Ciencias de la Tierra (FCT), Cosme Pola Símuta, encabeza un equipo de trabajo que se ha dedicado a analizar los aspectos geoeléctricos, en las zonas de filtración, en dichas presas.
“Los ingenieros civiles hacen una serie de pruebas, mecánica de suelos, mecánica de rocas, cimentación, pero hay situaciones que ellos no pueden determinar”, destacó.
“Porque a la hora del llenado de la presa empiezan a aparecer una serie de filtraciones por la presión hidrostática, por la saturación del subsuelo, empieza el agua a buscar un flujo en diferentes direcciones por la presión”, explicó.
El objetivo del trabajo, apuntó, es hacer un paquete de metodología de investigación, para tratar de prever ese tipo de problemas.
Para ello, se necesita tener el conocimiento del tipo de roca, la reacción de la roca con el agua, el tipo y calidad del agua, y las estructuras geológicas presentes en el sitio de la presa.
Consideró que estos datos serían de vital importancia para organismos como Agua y Drenaje o la Comisión Nacional del Agua, encargadas de la administración del vital líquido y de la construcción de posibles nuevas presas.
“Si hacemos un estudio previo a la construcción de una presa, y se le da un seguimiento, quizá no podremos evitar algo que se da en la naturaleza, pero sí podremos cuantificarlo, para que la gente que administra las aguas haga un proyecto de su capacidad y disponibilidad”, puntualizó.
“Así como tratar de remediar los problemas antes de hacer el llenado de una presa”, abundó.
El estudio se ha centrado en la presa de Cerro Prieto, ubicada en Linares, a unos cuantos metros de la facultad, así como en la presa El Cuchillo, en China, Nuevo León.
En el caso de esta última, el trabajo de campo ha tenido que detenerse por el momento, debido a las cuestiones de inseguridad prevalecientes en la zona, reportó.
Manifestó que el interés de estas dos presas reside en sus dimensiones y características geológicas.
En el caso de la Presa de la Boca, en el municipio de Santiago, en la zona citrícola, se trata de una presa con mayor antigüedad, cuyos problemas giran en torno al azolve, a la sedimentación de material proveniente de la erosión de la sierra, que causa una reducción de su capacidad.
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